IMPORTANCIA DE LA PROTECCIÓN SOLAR
Nuestra piel actúa normalmente como una barrera frente a cualquier agresión externa, pero uno de los principales factores que actúan negativamente sobre ella son los rayos solares. A lo largo de toda la vida recibimos una gran cantidad de radiación procedente del sol. Por una parte es algo beneficioso, ya que nos ayuda a producir vitamina D, imprescindible para tener una buena salud en nuestros huesos. Sin embargo, bastan 15 minutos al día de exposición solar para conseguir la cantidad necesaria de dicha vitamina.
¿Qué ocurre con el resto de radiación recibida? Se suele decir que «la piel tiene memoria”, y estos son algunos de los efectos producidos por los rayos solares:
- van provocando un daño celular acumulativo
- las células pueden alterarse
- se incrementa el riesgo de aparición de cáncer de piel
Para evitar los efectos negativos del sol, debemos empezar a proteger la piel desde que nacemos. Tan sólo será necesaria la utilización de un protector solar con un factor de protección máxima (entre 30-50) que debemos aplicar antes de la exposición solar, repitiendo su aplicación cada 2 horas. Además, es aconsejable el uso de gorra o sombrero para evitar las horas centrales del día (entre las 11 y las 16 horas) y mantenernos a la sombra siempre que podamos.
No sólo se deben seguir estas recomendaciones para ir a la playa o la piscina, si no también para cualquier actividad que realicemos al aire libre, ya sea salir de compras, pasear, ir a la montaña o al campo. El sol es el mismo sol en un lugar que en otro. También cuando esté nublado será necesario estar protegido, puesto que en torno al 80% de los rayos atraviesa la capa de las nubes.
El sol nos proporciona vida, alegra los días, pero debemos aprender desde pequeños a protegernos de él para evitar un susto por el riesgo futuro de desarrollo de cáncer de piel. Protégete del sol y acude a tu dermatólogo para revisar tus lunares cada año o ante cualquier cambio que detectes en tu piel.
Fecha: 26/01/2017