CUIDADO CON ESFORZARTE DEMASIADO EN SER UN BUEN PADRE
Cuando nos convertimos en padres o madres, nos sentimos cargados de nuevas responsabilidades porque tenemos a nuestro cargo a una personita que depende totalmente de nosotros. Crecen tan rápido… todo es tan intenso… hay tantos cambios… difícil llevarlo todo al día. Todos los padres y madres en algún momento nos hemos sentido los peores del mundo. Unos completos desastres.
Pero todos conocemos algún padre o madre que parece que ha nacido para tener hijos porque lo consigue llevar todo adelante. Estos son los superpadres. Esos seres perfeccionistas que se han acostumbrado a no dormir y que aunque su hijo duerma, velan ordenando y limpiando la casa, cocinando y haciendo la colada hasta que tienen todos los calcetines emparejados. Hasta se han dado casos que incluso planchan!! (Realmente no existen, se equivocan como todos. Pero lo ocultan muy bien.)
Estos padres tienen el riesgo de transmitir una idea equivocada a sus hijos. Ellos son perfectos. Los mejores padres del mundo. Y dirás, «qué problema hay en eso?» Todos los padres aspiramos a ser eso mismo!! Y aquí viene el quid de la cuestión. Pues que los niños no son perfectos. Se ensucian, gritan, se caen, rompen cosas, se les olvidan mil cosas… imaginaos vivir con unas personas que nunca se equivocan y tú siempre estuvieras metiendo la pata.Las personas crecemos durante toda nuestra vida. Aprendemos de equivocarnos y nuestros hijos aprenden de cómo corregimos nuestros errores también. Y ese ejemplo, de reconocer nuestros errores y esforzarnos en corregirlos, es el mejor legado que les vamos a poder dejar a nuestros hijos. Así que mi mensaje es: permítete equivocarte!, enfréntate a las consecuencias y luego corrígelo. Pide perdón, reconócelo. Enfádate, llora, para luego hacerlo mejor y disfrutar cada logro.
Cecilia Díaz Garrigues
Psicóloga D3 Salud.
Fecha: 27/09/2017